Mi voz es solo una de los muchos millones de cristianos evangelicos en este país.
Permítanme ser el primero en decir que, si Joe Biden realmente ganó estas elecciones, por mucho que nos disgustan, reconoceríamos la voluntad del sistema de colegios electorales y le concederíamos la victoria e incluso lo llamaríamos presidente Biden. Lo reconoceríamos como el comandante en jefe legítimamente elegido de los Estados Unidos de América. No protestaríamos, ni quemaríamos ni destruiríamos absolutamente nada.
Pero a pesar de la narrativa de los principales medios de comunicación, no creo que el Sr. Biden haya ganado las elecciones. Sinceramente, creo que Donald Trump ganó de verdad, y por mucho. También creo que la evidencia actual indica que la China comunista, las élites mundiales, el estado profundo y muchos dentro de la maquinaria política demócrata se coordinaron para cometer el mayor fraude y robo en la historia de Estados Unidos, tal vez incluso en la historia mundial. Más evidencia de fraude está saliendo a diario, incluso por horas, por lo que este escrito de ninguna manera representa el caso final para una victoria de Trump, pero creo que lo que está a punto de leer más que prueba que fuerzas poderosas han trabajado juntas para intentar robar las elecciones de 2020.
A pesar de estas 21 razones por las que la elección fue fraudulenta, todo lo que escuchamos de los medios de comunicación principales y los demócratas es que “se acabó. Nuestro varón ganó. Supéralo. No hay nada que ver aquí.”
La hipocresía absoluta aquí es alucinante. Recuerde, estas son las mismas personas que nos aseguraron que Trump se había coludido con Rusia para ganar las últimas elecciones. Y después de casi tres años, $ 48 millones de dólares gastados en dinero de los contribuyentes, 2.800 citaciones, 500 órdenes de registro y 500 entrevistas oficiales, no se encontró absolutamente ninguna prueba de tal colusión. Estas son las mismas personas que luego comenzaron a gritar “¡Quítalo! ¡Quítalo!” por una simple llamada telefónica grabada que resultó en nada. ¿Y ahora quieren que “sigamos adelante” a pesar de todo los que está saliendo a la luz? Cada uno de estos 21 puntos tiene más peso que la inventada colusión rusa o la acusación falsa del quid pro quo el año pasado.
Honestamente, si las cosas fueran al revés, y lo que está a punto de leer a continuación favoreciera una reelección de Trump en lugar de Biden, ¿realmente cree por un minuto que los demócratas y la izquierda estarían de acuerdo con eso? Me parece que no. ¡No solo estarían gritando “fraude!” a todo pulmón, pero también estarían protestando, quemando y destruyendo de una manera que haría que las protestas de George Floyd parecieran mansas.
Los demócratas me recuerdan a un equipo de la NFL que sabe que “se salieron con la suya” por una mala decisión del árbitro. El equipo se apresura a la línea de golpeo para romper la pelota antes de que el entrenador contrario pueda lanzar la bandera roja de desafío. “¡Vamos, vamos!,” dicen, “¡Llame a Biden ganador antes de que alguién se dé cuenta de lo que realmente sucedió!” Esto es lo que sucede cuando los medios de comunicación, la academia y la industria de entretenimiento están en manos de la izquierda impía.
Las siguientes razones que se citan a continuación han salido a la luz recientemente e indican que se produjo un fraude. En mi opinión, sin embargo, no son los primeros 20 puntos, por más ciertos que sean, los que comprueban más allá de toda duda que esta elección fue robada. Es el último, el número 21, que es muy claro y demuestra que es simplemente una imposibilidad matemática que Biden haya ganado estas elecciones y que los demócratas están tratando de lograr el mayor atraco de todos los tiempos. La razón 21 tal vez ni siquiera se pueda utilizar en los tribunales, pero arroja luz y apoya las otras 20 que sí pueden presentarse.
Aunque estas razones son válidas, no todas son necesarias. Pero apoyan el caso del fraude coordinado en las elecciones de 2020. Aquí están…
1. Comienza hace casi un año. Yo, junto con quién sabe cuántos millones más, creo firmemente que el propio coronavirus fue un ataque armado enviado desde la China comunista para destruir la economía estadounidense. Ningún presidente que buscara reelección había perdido mientras presidía una economía en auge, y las políticas de Trump produjeron la mejor economía de la historia. No es una coincidencia que el virus llegara justo a tiempo en el año electoral para causar el miedo, la devastación y los cierres necesarios para crear la narrativa y la confusión necesarias para obtener el resultado deseado. Y no olvidemos otra cosa que vino del “plandemic”, a saber, el sistema masivo de “votación por correo” que podría manipularse fácilmente. Millones de papeletas fueron enviadas por correo a personas que ni siquiera las solicitaron. Personas que habían estado muertas durante 20 años e incluso algunas mascotas recibieron boletas. Las boletas por correo son extremadamente difíciles de verificar y una vez que se separan del sobre, no hay forma de probar su validez. Un plan genial … genio malvado.
2. Los principales medios de comunicación y las grandes compañías de los medios sociales también están involucrados en el robo de las elecciones de 2020. Desde los ataques constantes e incesantes contra el presidente Trump, hasta el control de la narrativa de Covid-19, los números de las encuestas falsas, el ignorar una acusación de violación aparentemente válida contra Biden y la cobertura de la computadora portátil incriminatoria del hijo Hunter, estos gigantes han hecho todo lo que está en su poder para influir en el pensamiento del pueblo estadounidense. ¿Y el objetivo de este manejo sicológico sobre las muchedumbres? ” Hay muchas razones, pero la primera en la línea es “sacar a Trump del camino” por votación. Y él realmente estaba en su camino. Como ha dicho tan a menudo el presidente: “No me persiguen a mí, te quieren a ti, ¡solo que yo estoy estorbando!
3. Los demócratas crearon leyes de registro de votantes muy laxas en muchos estados que podrían votar por cualquier de los dos candidatos, lo que facilita enormemente el voto a los no ciudadanos. En muchos casos, no se requiere una identificación válida, a pesar de que se requiere para casi todo lo demás en la vida diaria. No se equivoque al respecto: este sistema fue diseñado por la maquinaria política demócrata. Ningún otro país del mundo lleva a cabo elecciones de esta manera, lo que abre la puerta para que los no ciudadanos voten.
4. Es muy probable que las máquinas de votación que se llama Dominion que se utilizaron en 29 estados hayan cambiado los resultados y las cuentas. Cualquiera puede adivinar cuánto, pero también podría ser de cientos de miles. Hay muchos testigos presenciales de esto y declaraciones juradas y creo que la prueba contundente está por llegar. Muchas de estas máquinas se vieron conectadas al Internet, lo que abre la posibilidad de piratería y manipulación. Se ha demostrado que se pueden programar y modificar con solo insertar una tarjeta multimedia en cuestión de minutos. De hecho, todas las máquinas dependen de estas tarjetas multimedia, y algunas tarjetas que contenían la mayoría de los votos de Trump se “perdieron”. Sorprendentemente, se han vuelto a encontrar algunos.
Estas máquinas sospechosas también utilizaron el programa / sistema que se llama “Smartmatic” para contar las papeletas, ¡un sistema que en realidad fue diseñado para las elecciones en la Venezuela socialista de Chávez y Maduro! ¿En serio? Aunque puede ser difícil probar cuántos votos cambiaron estas máquinas, es imposible probar que no hicieron precisamente eso. Entonces, la conclusión es que nunca deberíamos confiar en las máquinas para contar los votos. Las máquinas se pueden manipular, programar y piratear para lograr el resultado deseado, por lo que el juego se convierte en una guerra tecnológica y cibernética, no en una elección honesta. El infamoso Joseph Stalin tenía razón cuando dijo: “No es quién emite los votos, sino quién los cuenta lo que importa”. Puede llevar más tiempo, pero los votos deben contarse a mano, varias veces, en presencia de al menos 3 testigos de ambas partes para confirmar cada uno. Esta es la única forma en que la elección puede seguir siendo legítima.
5. Donald Trump estaba ganando en casi todos los 6 estados determinantes durante la noche de las elecciones hasta aproximadamente la una de la mañana, cuando el conteo se detuvo repentina y misteriosamente. Unas horas más tarde, cientos de miles de boletas de votación “sólo Biden” aparecieron en camiones a los bastiones demócratas corruptos de Filadelfia, Detroit, Milwaukee y Atlanta. Hay declaraciones juradas que dan fe de ello. Trump estaba ganando por más de 700.000 votos a medianoche en Pennsylvania con más del 83% contados pero terminó “perdiendo” por 60.000. El 17% restante fue casi en su totalidad para Biden! ¿Será? ¿Cuáles son las probabilidades de que esto suceda? ¿Soy solo yo, o este solo hecho es suficiente para cuestionar toda la elección?
6. Los observadores electorales republicanos fueron expulsados del lugar del conteo. Los echaron e incluso llamaron a la policía. Después de que se fueron, se cubrieron las ventanas para que nadie pudiera observar el proceso de conteo.
7. Los muertos votaron por miles, curiosamente, casi todos por Biden. Muchos testifican haber visto las papeletas exclusivas de Biden contadas en numerosas ocasiones. Un voto contaba ocho, o más en algunos casos.
8. Muchas papeletas marcadas para Trump se encontraron separadas y en la basura. Los tramposos inteligentes se deshacían de ellos de una manera “mejor” donde no podían encontrarlos. Por lo tanto, es seguro decir que por cada boleta de Trump que se encontró en la basura, muchas más se desecharon “correctamente”.
9. Se recibieron más papeletas que votantes registrados en muchos condados demócratas, como el condado de Wayne, donde se encuentra Detroit. ¿Qué prueba más necesita de este esfuerzo sistemático para robar las elecciones?
10. Hay declaraciones juradas de otros conductores de camiones que testifican que transportaron miles de papeletas marcadas solo por Biden a través de las fronteras estatales. Uno testifica que los condujo desde el estado de Nueva York a Pensilvania.
11. Mucha gente votó ilegalmente a través de las fronteras estatales, así como casos en los que no se proporcionó una dirección válida. Una vez más, en casi todos estos casos, el voto fue a favor; ¿adivina quién? Sí, Joe Biden.
12. Muchos votantes republicanos fueron rechazados porque se les dijo que ya habían votado. A otros en áreas republicanas de Arizona se les dio Sharpies para marcar sus boletas, sabiendo que las máquinas no reconocerían ese tipo de tinta. Estos casos pueden haber dado lugar a cambios menores en el resultado, pero demuestran que se hizo un esfuerzo coordinado para influir en una elección que muchos creían que podría reducirse a una diferencia de simples puntos decimales. A menudo me pregunto, ¿por qué nunca es al revés? ¿Por qué nunca son los votantes demócratas los que dan fe de estas cosas? La razón es que los conservadores tienen demasiada integridad para hacer tal cosa. No queremos ganar haciendo trampa.
13. Otros testifican que se les ordenó que dar fecha falsa a las boletas que claramente habían llegado después de la fecha límite para que pudieran ser contadas. De hecho, los demócratas en Pensilvania cambiaron las leyes electorales estatales para enviar boletas no solicitadas y para permitir que se los reciba y los cuente hasta una semana después de las elecciones. La ley era que tenían que para el mismo día de la elección. La ley de Pensilvania requiere que haya dos sesiones de la legislatura estatal para cambiar cualquier ley. Esto no se hizo de acuerdo con la constitución del estado, por lo tanto, todo el resultado de las elecciones en Pensilvania está en duda e inválida.
14. Nadie argumenta que la mayoría de las boletas enviadas por correo son usualmente para demócratas por un margen razonable. En esta elección, sólo el 0,2% del 1% (2 de cada mil) de las papeletas por correo fueron rechazadas en esta elección, en comparación con el 6,4% de la última elección. ¿Me pregunto por qué?
Ahora, algunas anomalías estadísticas. Aquí es donde se pone realmente interesante …
15. El voto de las Primarias es una indicación de la unidad del partido y el entusiasmo por un candidato. Biden recibió el apoyo más baja en la historia para un candidato en la votación primaria demócrata. Ningún candidato ha ganado nunca con un porcentaje tan bajo de votos en las primarias.
16. Trump recibió un récord del 94% del porcentaje de participación de votos de las Primarias Republicanas. Ningún titular había perdido en la historia mientras recibía algo superior al 75%.
17. Ningún presidente en ejercicio ha perdido reelección cuando recibe más votos que la elección anterior. En el 2020, Trump recibió más de 11 millones más de votos que en 2016.
18. Biden, un candidato que no pudo conseguir más de un par de docenas de personas en sus “mítines”, ¡recibió 15 millones de votos más que Obama en 2012! ¡Nada mal para un político de toda la vida de 47 años por el que casi ningún votante estaba entusiasmado! ¡Caray!, ¿de dónde salieron todos esos “votos”?
19. Los condados de Bellwether son condados de los Estados Unidos que eligen correctamente al ganador presidencial cada año porque estos condados reflejan la población estadounidense en general. Hay 19 de estos condados que han votado por el ganador de las elecciones presidenciales durante los últimos 40 años. En esta elección, Trump ganó 18 de los 19 condados Bellwether, perdiendo solo uno por un par de puntos porcentuales. Su margen de victoria fue aún mayor en los otros 18 en comparación con las elecciones de 2016. ¡Sí, las cosas se están poniendo muy sospechosas aquí!
Ahora la prueba ineludible que mencioné. Tal vez algunos de los puntos anteriores puedan ser discutidos y discutidos, pero los dos puntos finales que leerá a continuación son un hecho innegable y prueban más allá de toda duda que las fuerzas malévolas se coordinaron para robarle esta elección a Donald Trump.
20. Biden ganó a pesar de las derrotas demócratas en todas partes. Los demócratas perdieron múltiples escaños en la Cámara de Representantes y aún más en las elecciones estatales por Representantes, a pesar de que “ganaron” la presidencia. Trump es el único presidente en la historia que “pierde” mientras su partido gana escaños en la cámara al mismo tiempo. Esto nunca ha sucedido en la historia. Veintisiete de esos asientos se consideraron “tiradas” antes de las elecciones. ¡Los republicanos ganaron todos los veintisiete! Los republicanos también mantuvieron el Senado. En esta elección, más que en cualquier otra en la historia, la gente votó en contra de las líneas partidistas, creo, a una tasa de más del 90%. Entonces, la derrota de Trump es una imposibilidad estadística. Como ya mencioné, muchos testigos juramentados testifican haber visto cientos de miles de boletas en las primeras horas de la mañana apareciendo repentinamente y marcadas solo para Biden, ¡sin ningún otro candidato, raza u oficial siquiera seleccionado! (Es mucho más rápido marcar una casilla que 17, especialmente cuando solo tienes unas pocas horas para hacerlo. ¡Esto lo explica todo!)
Y aquí viene lo más importante …
21. Barak Obama en 2012 ganó cinco veces más condados que Biden en 2020. En general, Trump recibió un porcentaje mucho mayor del voto negro e hispano que en 2016. El voto negro e hispano es uniforme en todo el país. Esta es la razón por la que Biden tuvo un desempeño inferior al de la “perdedora” Hillary Clinton en TODOS los condados urbanos de los Estados Unidos, excepto en los condados de las importantes ciudades grandes de los 4 principales estados que determinarían la elección. Me refiero a las conocidas ciudades políticamente corruptas de Detroit, Milwaukee, Filadelfia y Atlanta. ¡Qué casualidad! En realidad, no es una coincidencia, ya que la historia y las matemáticas consideran tal resultado como una imposibilidad absoluta. Fue un fraude, simple y claro.
Entonces, el plan era encontrar, fabricar y producir suficientes votos solo en estas cuatro ciudades para inclinar a todo el estado a favor de Biden. Esto explica cómo se produjeron los votos suficientes en las primeras horas de la mañana para superar el liderazgo aparentemente insuperable de Trump en Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Georgia. Si Trump gana estos cuatro estados, se acabó el juego y los tramposos lo sabían. Con este conocimiento, tramaron su malévolo plan.
Amo la verdad y amo demasiado a mi país como para no unirme a los muchos millones de voces que están comenzando a hablar.
Entonces, ¿qué sigue? Solo Dios lo sabe, pero creo que, si los casos llegan a la Corte Suprema, los cinco verdaderos jueces constitucionalistas tendrán la integridad de determinar que la elección no se llevó a cabo de una manera en la que se pueda declarar a un verdadero ganador.
¡Tenga en cuenta que no quiero que la Corte Suprema le dé la elección a Trump! Quiero que ordenen una nueva votación en esos cuatro, cinco o seis estados indecisos que determinarán el resultado de toda la elección. Debería ser una nueva votación en la que no se utilicen máquinas de conteo y ambas partes tengan derecho a contar y verificar cada voto en persona. Deben tener especial cuidado de que solo los ciudadanos legales puedan votar verificando sus identificaciones. Este estricto sistema puede llevar un tiempo, pero al menos sabremos quién ganó realmente las elecciones.
Con toda la controversia y las acusaciones, ¿no deberían los demócratas desear también una reelección en los estados indecisos? Después de todo, si realmente ganaran, ¿no volverían a ganar y, por lo tanto, dejarían para siempre a la polémica? ¿Realmente quieren “ganar” de esta manera habiendo tantas cosas sospechosas?
Lamentablemente, creo que el ala izquierdista del partido demócrata preferiría iniciar una guerra civil más que llevar a cabo elecciones de esta manera abierta y transparente. ¿Por qué? Porque el resultado sería una victoria tan rotunda para Donald Trump, exponiendo así claramente las mentiras, la corrupción, el robo y la traición que se cometió. Y me temo que a menos que se haga una reelección con algunas medidas de seguridad infalibles, las elecciones libres y justas desaparecerán … para siempre, y con eso, nuestra gran República también.
Continuaré orando por nuestra nación. Oraré por el futuro de nuestros hijos. Mi oración es simplemente: “Señor, deja que todo lo que se hizo en la oscuridad sea expuesto a la luz. Oro para que quien realmente ganó esta elección sea nuestro presidente”. ¿Me acompañarás en esta oración?
Realmente lo digo en serio cuando digo, “quien realmente ganó, que sea presidente”. (Pero creo que ambos sabemos quién ganó realmente, ¿verdad?)
Todo está en manos de Dios Todopoderoso, el que levanta y quita reyes. Pero el asunto lo veo como un asunto de ganar…o ganar. Si Trump termina ganando, me alegro de que tendremos un hombre en la Casa Blanca durante 4 años más que proteja a los no nacidos y nuestras preciosas libertades de expresión, religión, y de asamblea. Continuará apoyando a Israel y resistirá el marxismo y el globalismo. Sus políticas económicas seguirán generando empleo y prosperidad. Continuará manteniendo a Estados Unidos fuera de guerras innecesarias y manteniendo a Irán y Corea del Norte bajo control. La oración y los consejeros piadosos continuarán siendo parte de su administración. Y sin mencionar; Mike Pence, el político cristiano más piadoso que hemos tenido, tal vez nunca.
Si los esfuerzos de Trump para demostrar el fraude electoral finalmente caen sobre oídos sordos y la agenda impía de la izquierda comienza a reinar, levantaré mi cabeza y anhelaré la venida del Señor Jesucristo por su pueblo como nunca. La “América cristiana” desaparecerá. Prepárate para la maldición del socialismo. Prepárese para la pérdida de la libertad religiosa e incluso la persecución. Prepárese para la agenda radical de LGBTQ y muchas otras cosas que harán que la gente se pregunte: “¿Es esto realmente el gran país de los Estados Unidos?”
No me he rendido porque sé que Dios, con una sola palabra, puede devolver a Trump a la presidencia si así lo desea. Pero recuerdo que nuestro Señor nos dijo que “Su Reino no es de este mundo”. Si Dios en Su soberanía permite que los impíos prevalezcan en esta elección, los cristianos podemos terminar siendo un poco más de mente celestial. La iglesia se purificará como nunca. Quizás incluso un gran avivamiento vendrá cuando la luz brille aún más en la oscuridad. Sí, de hecho, el asunto es ganar…o ganar.